
Sabías que el acné es es un trastorno de la piel que se presenta cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas, esto puede hacer que tu piel este seca.
Casi el 90% de la población mundial (entre adolescentes y adultos) ha sufrido o sufre de las molestias descamaciones, piel roja, picazón, ardores e incomodidades estéticas asociadas a los brotes de acné.
Un problema que desconcierta a muchos porque no se sabe con exactitud qué puede originarlo, ni cómo atacarlo.
Para evitar el acné, es importante cuidar el rostro con una rutina facial diaria. Sin embargo, depende de la intensidad del acné, también se puede asistir a consulta con un dermatólogo, quien establecerá el tratamiento más adecuado.
Antes que todo, debes comprender la diferencia entre humectante e hidratante. En el primero de ellos se busca reponer los aceites naturales de la piel. Esto sucede generalmente en pieles muy secas, ya que estas no producen los aceites naturales suficientes para mantener óptimos sus niveles de humedad.
Por su parte, los hidratantes proporcionan a la piel la humedad que necesita; una piel deshidratada muchas veces requiere un tratamiento secundario.
El uso de hidratantes resulta fundamental para la salud, extensiva a la estética. El tener un rostro o una piel hidratada posibilita la apariencia fresca de la epidermis dejándola juvenil y lisa. En contraparte cuando se sufres de acné, la piel se ve deshidratada, de textura tirante y arrugada.
Nuestro cuerpo merece cuidado, por ello te invitamos a continuar con nosotros para conocer más acerca de los hidratantes para piel con acné. Cuidar tu piel es quererte a ti mismo.
¿Por qué usar hidratantes para piel con acné?
La piel es órgano mas grande de nuestro organismo; su composición nos protege de distintos factores a los que diariamente nos exponemos. Una de las mejores formas de hidratarla es tomar agua frecuentemente. De esta manera la capa de epidermis tendrá mayor elasticidad y la piel lucirá suave y tersa. Esto debe combinarse con una sana alimentación y la aplicación habitual de cremas hidratantes.
El uso de hidratantes para piel con acné posibilita que en esta disminuya la aparición de los granitos, se proteja de los factores externos y luzca más suave y brillosa. Cuidar la piel implica que esta se vuelva más resistente, menos propensa a la resequedad, se retrase la aparición de arrugas y evite el surgimiento de machas, flacidez y celulitis. Por estas razones es importante que las cremas hidratantes que se utilicen sean acordes a las necesidades de cada tipo de piel. No todos los productos reaccionan de la misma forma en todos los tipos de piel.
Los hidratantes para el rostro son imprescindibles, aun más si se tiene acné. Las razones varían desde la salud hasta la estética. La piel es una barrera protectora frente a infecciones y el no usar cremas produce un rostro descamado, con más exposición a dermatitis y problemas de piel. Sumado a ello, la estética no deja de ser un motivo de peso, puesto que el usar hidratantes para la piel hace posible la obtención de un rostro luminoso, terso y suave. Además, estos productos retrasan el envejecimiento gracias a la producción de colágeno, que es esencial para mantener la elasticidad, y se pierde cuando la piel no tiene suficiente agua.
¿Cómo elegir el hidratante para piel con acné?
Antes de utilizar hidratantes para piel con acné es necesario que identifiques tu tipo de piel, ya que esto servirá de orientación para saber cuáles son los productos más acordes para ti.
Piel seca: Posee una escasa producción de sebo. Por ello, los poros son diminutos pero se pueden apreciar con facilidad las líneas de expresión, que se irritan con el clima. Este tipo de piel es más sensible y susceptible a la entrada de bacterias y químicos externos. Estos alteran la barrera de la piel y por tanto, la activación de la respuesta inmunitaria. En consecuencia, surgen inflamaciones y granos, que también se originan debido al uso excesivo de cosméticos, que provocan la obstrucción de los poros. La piel seca suele agravarse cuando se utilizan jabones corporales muy abrasivos. Si la piel seca tiene muchos granitos se deben usar cremas e hidratantes especiales justo en los sitios de las lesiones.
Piel grasa: Tiene muy activas las glándulas sebáceas, por lo que suelen tener una capa aceitosa. Aunque es poco propensa a la aparición de puntos negros, no se afecta según la temperatura. Generalmente, quienes tienen la piel grasa utilizan productos muy abrasivos que terminan por eliminar los aceites naturales protectores de la piel.
Piel mixta: Este tipo de piel es una combinación entre la grasa y la seca. Suele ser grasosa en el área T del rostro (ocupa frente, nariz y mentón) pero seca en el resto, e incluso en el cuerpo. Por tanto, los granitos pueden ubicarse únicamente en la mencionada zona T, mientras que la barbilla y mejillas permanecerán secas, o viceversa. Por lo menos una vez a la semana se deben realizar exfoliaciones y utilizar hidratantes y mascarillas purificantes. Sin embargo, si las espinillas están inflamadas no se deben utilizar exfoliantes físicos o químicos, ya que empeorarían la inflamación.
Piel deshidratada: Esta no es un tipo de piel sino un estado temporal de la misma. En ocasiones, suele confundirse con la seca. Para mantenerse sana requiere de mucha agua o ingredientes con ella, pero sin aceites, porque estos empeorarían el acné. Si no se trata con cuidado, con el tiempo puede envejecer prematuramente acompañada con flacidez. Se caracteriza por no tener luminosidad sino más bien “estar apagada”, así como por marcarse muchísimo las líneas de expresión alrededor de los ojos y en la frente, y dejar los labios secos.
Cuando la piel está deshidratada es más propensa a sufrir de acné. Esto se debe a la ausencia de lípidos, que son los que forman la barrera de protección natural de la piel; esenciales para mantener el agua en su interior. Estos lípidos protegen a la piel de los agentes externos, los contaminantes, las bacterias patógenas y los alérgenos. No tenerlos es consecuencia de situaciones como una dieta poco equilibrada, los cambios hormonales, los factores climáticos, el uso de cosméticos agresivos y episodios de estrés.
En resumidas cuentas, con las pieles con tendencia mixta y/o grasa deben utilizarse productos fluidos, no grasos, que permitan alcanzar una máxima absorción. En contraparte, a la piel seca se le deben aplicar productos con efecto humectante. Pero si la piel es muy sensible, independientemente del tipo que sea, los productos hidratantes para el acné deben tener un efecto calmante, porque será lo que alivie la irritación.
¿Cómo funcionan los hidratantes para piel con acné?
El empleo adecuado de los productos hidratantes para la piel con acné posibilita su rehidratación, de esta forma, recupera un estado armonioso y saludable. Los hidratantes contienen enzimas, vitaminas y combinaciones químicas que recuperan el pH y crean barreras protectoras para enviar la entrada de bacterias. Dependiendo del tipo de medicamento pueden contener aceites o ser libres de ellos, agua, agentes antialérgicos, exfoliantes y otros. Algunos incluso tienen en su composición mantecas vegetales, glicerina y aceites ricos en omega 3, que buscan una rápida reparación y equilibrio natural de la piel. En resumidas cuentas, los hidratantes para piel con acné tienen propiedades antifúngicas, cicatrizantes y antibacterianas, que también pueden encontrarse en cremas caseras.
El acné suele aparecer con mayor frecuencia en las pieles secas, aunque a veces se encuentre en las grasas. Sea cual sea el caso, un cuidado muy fundamental para evitar su brote es remover el maquillaje siempre, antes de dormir. Esto se debe a que de noche la piel se regenera, por lo que limpiarla permite remover todos los contaminantes y químicos acumulados durante el día.
En ocasiones, el acné puede tratarse de forma natural, es decir, con ingredientes caseros que ayudan a prevenirlo y combatirlo, hidratando además el rostro. Sin embargo, en los casos donde el brote de acné es muy fuerte, lo mejor es consultar con un dermatólogo, ya que este es la persona más propia para indicar el tipo de producto más adecuado para nuestro rostro.
¿Qué deben tener los hidratantes para piel con acné?
Una crema hidratante para piel con acné debe tener principios activos que eviten la pérdida de agua –y por lo tanto, de elasticidad- de la piel. El ácido hialurónico es un componente esencial de ello, porque conserva las moléculas de agua. A este se suman antioxidantes como la vitamina C o el ácido ferúlico, que además evitan el envejecimiento prematuro.
Es importante que estos productos hidratantes contengan factor de protección solar contra rayos UVA y UBV, preferiblemente de 30 o superior. Esto además reduce las posibilidades de desarrollar cáncer de piel y, por otro lado, permite también que se iguale el tono de piel, se combatan los poros abiertos y se disminuyan las arrugas. Así pues, a continuación mencionaremos algunos otros ingredientes que deben tener los hidratantes para piel con acné:
- Antioxidantes: Neutralizan el daño que hacen los radicales libres, que son electrones inestables que reaccionan con facilidad. Lo hacen, por ejemplo, en el metabolismo o por el sistema inmune para atacar los virus y las bacterias.
- Retinol: Es el activo anti edad por excelencia. Su gran potencia permite la eliminación del acné, las manchas oscuras y las líneas de expresión. Además, le da uniformidad al tono de piel, suavizando su aspecto y cerrando los poros dilatados. El retinol debe usarse por un mínimo de 2 semanas, ya que es cuando comienzan a notarse sus efectos.
- Péptidos: Aumentan la firmeza y suavidad de la piel gracias al colágeno, el componente que más abunda en la piel y en los huesos.
- AHA: Estas iniciales corresponden a los ácidos alfa hidróxidos, que también son conocidos como ácido glicólico o ácido salicílico. Los AHA evitan la acumulación de células muertas en la piel, previenen el bloqueo de los poros y aportan luminosidad.
Uso de hidratantes para cuidar la piel con acné
Si algo se tiene en claro es que el acné puede darse en cualquier tipo de piel. Lo mejor es evaluar con detenimiento cada caso, acudiendo al dermatólogo si es necesario, ya que el tratamiento puede variar según el tipo de piel. En este sentido, es importante aclarar que no todas las cremas hidratantes para piel con acné funcionan de la misma manera en todos. Esto no corresponde tanto a la calidad, sino más bien a las propiedades o especificidades que contenga el producto según su composición y textura, el tipo de acné específico que se desee atacar y las necesidades del tipo de piel. Conocer bien la función de cada uno de los ingredientes básicos cosméticos es importante porque estos deben influir en la compra y uso de los productos.
El uso de los hidratantes para piel con acné puede causar resequedad o descamación, por ello deben ir acompañados de cremas humectantes a base de agua. De igual forma, hay que verificar en las etiquetas de los productos que estos sean “no comedogénicos”, ya que si no podrían causar o empeorar el acné.
Es importante exponerse poco al sol o hacerlo de forma cautelosa en horas prudenciales, aquellas donde el sol no esté muy fuerte (como antes de las 10:00hrs o después de las 14:00hrs). Una baja cantidad de exposición al sol podría ayudar de forma muy somera a mejorar el acné. Se recomienda, de igual forma, el uso de sombreros o gorras y lentes de sol.
Aunque no hay evidencia de la necesidad de eliminar los alimentos con mucha azúcar o grasas, sí es recomendable disminuir su consumo, evitarlos en lo posible, ya que pueden empeorar el acné. En este sentido, es importante realizar auto observaciones para darse cuenta de qué alimentos empeoran nuestro acné.
Ahora bien, ¿cuál es la forma correcta de usar hidratantes para la piel con acné? La respuesta va a depender del tratamiento que se esté siguiendo. Si asististe con un dermatólogo, él te dará las indicaciones en cuanto a cantidad de productos y de horarios. Pero si lo haces de forma personal, por rutinas autoestablecidas, debes seguir algunas de las siguientes pautas generales:
- Usar el hidratante para piel con acné adecuado: De este aspecto ya hemos hablado con anterioridad. El hidratante depende de tu tipo de piel, por tanto es importante que la identifiques para saber cómo atacar el problema.
- Respetar los tiempos entre productos: La rutina de cuidado no solamente incluye cremas hidratantes. Es necesario que al momento de utilizar los productos respetes los tiempos entre cada uno de ellos, que generalmente se encuentran marcados en las etiquetas. Si pones un producto inmediatamente después de otro no le das a la piel el tiempo suficiente para que este se absorba, por lo que no podrás gozar de sus beneficios. Esto ocasiona que se desperdicie producto y dinero. Primero deben aplicarse los cosméticos más ligeros y luego los más pesados, dejando pasar aproximadamente dos o 3 minutos entre un producto y otro.
- La cantidad adecuada de crema: Nada en exceso es bueno. Ni tampoco escatimar en dinero por ahorrarse un poco. Tu piel, tu rostro, son tu carta de presentación. Si colocas producto en exceso solo lo desperdicias, ya que la piel no puede absorber lo que sobra. Pero si solo usas una gota también fallas, porque al quedar tan corto el producto es posible que los resultados ni aparezcan. Lo ideal es tomar una pequeña cantidad similar al tamaño de una moneda, esto hará que se tenga suficiente producto para difundirlo por toda la piel, pero no tanto como para perderlo.
- Aplicar el hidratante de forma correcta: No se trata de regar el producto sobre tu piel en todos los sentidos. Se recomienda extenderla desde la parte inferior hacia la parte superior suavemente en forma de círculos, apoyados en la yema de los dedos medio y anular. Esto estimula la circulación sanguínea y, por tanto, una mejor absorción del hidratante.
Recuerda que los hidratantes para piel con acné, sin importar el tipo de piel, deben ser elementos esenciales dentro de la rutina diaria de belleza o cuidado de la piel, aunado a una dieta balanceada y el consumo de mucha agua.
¿Qué es el acné?
Es una afección cutánea, terrible para quienes la padecen, que produce la aparición de barros o granos que suelen ubicarse en el rostro; aunque también puede extenderse al cuello, la parte superior de los brazos y del cuerpo. Dependiendo de la intensidad del acné se pueden desarrollar espinillas negras, espinillas blancas, pálpulas rojas, nódulos y/o quistes.
El acné surge cuando se obstruyen los poros de la piel. Consta de una mezcla de aceites naturales cutáneos y de las células muertas del interior del poro. Esto suele ocurrir por algunas sustancias que bloquean la respiración de la piel. No obstante, varias son las causas del acné, tales como los cambios hormonales, el uso de algunos productos para el cuidado de la piel, el sudor, los medicamentos, la humedad, la alimentación, los cambios hormonales, el exceso de sebo, las bacterias cutáneas, las alergias y el estrés.