
Nuestra piel es el órgano de nuestro cuerpo que más está expuesto a la radiación solar. No todo el mundo reacciona de la misma forma después de ir a la playa o de pasar un día al aire libre: algunas pieles se enrojecen y arden mientras que otras se oscurecen. Algunas incluso parecen tener una mayor tolerancia y no muestran casi síntomas. La razón de esta variedad son los foto tipos de piel, que varían de persona a persona.
Conocer nuestro fototipo de piel es importante para disfrutar correctamente de las vacaciones de verano y broncearnos con estilo, pero también para ciertos procedimientos estéticos como las depilaciones por láser. Si quieres saber más sobre estos tipos de piel, así como saber cuál es el tuyo y qué productos son recomendados para tu piel, entonces sigue leyendo este artículo.
¿Qué son los fototipos de piel?
Los fototipos de piel son una escala que clasifica las distintas reacciones a la exposición solar en la piel humana, y fue desarrollada en los años 70 por un dermatólogo de la universidad de Harvard llamado Thomas Fitzpatrick (1919-2003). Hoy día la escala que comprende los distintos fototipos se llama la escala de Fitzpatrick, y comprende siete tipos posibles de piel (aunque algunos solo consideran seis).
Muchas personas pueden pensar en los distintos tipos de piel y automáticamente hacer una clasificación por el color de la piel, pero en realidad la escala de Fitzpatrick toma en cuenta factores adicionales como lo son el color del cabello, la frecuencia de las quemaduras solares y el tipo de bronceado que se presenta tras la exposición al sol.
Sin importar tu tipo de piel es muy importante que te cuides cuando pienses ir a la playa o a cualquier otro lugar donde te expongas mucho al sol. Existen distintos tipos de protectores solares y productos especializados para cada tipo de piel, de los cuales te hablaremos más adelante.
¿Qué es la melanina?
La melanina es la principal responsable por las variaciones en los colores y tipos de piel. Este pigmento es el que le da color a nuestra piel, a nuestro cabello e incluso al iris de nuestros ojos. Su función más importante es proteger las células de nuestro organismo de la radiación solar y de sus efectos nocivos, ya que absorbe el exceso de rayos infrarrojos y ultravioletas en nuestra piel.
La melanina tiene una acción temporal y solo se puede producir de forma gradual, en función de nuestro de tipo de piel. Es por esto que cuando se supera el umbral de exposición se detiene la absorción de radiación y empiezan las quemaduras, así como otra serie de complicaciones dermatológicas por la insolación como las manchas, falta de elasticidad, dolor local o incluso riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Tipos de melanina
Existen dos variedades de este pigmento en los seres humanos, con distintos poderes de protección. Son las siguientes:
- La femelanina: está presente en la mayoría de las personas, pero más aún en los individuos de piel más oscura. Absorbe muy bien los radicales libres, que causan muchos de los efectos nocivos de la exposición solar excesiva.
- La eumelanina: es más característica de los pelirrojos y explica el color de cabello y el tono rojizo de la piel. No es muy buena absorbiendo los rayos solares ni los radicales libres, sino al contrario: en ciertas circunstancias puede producir más radicales libres que los que absorbe.
¿Dónde y cuándo se produce la melanina en nuestro cuerpo?
La melanina en nuestra piel se produce en los melanocitos, que están presentes en alrededor de 5% de las células de la epidermis. El pigmento se localiza en unos pequeños gránulos coloreados que flotan el citoplasma de las estas células, protegiendo así el núcleo celular de los daños que puede causar el sol sobre nuestro ADN.
La melanina se produce apenas la radiación solar incide sobre nuestra piel, y va aumentando en función de la cantidad de melanocitos presentes en nuestro tipo de piel. La presencia de este pigmento es la causa del oscurecimiento temporal de nuestra piel al tomar sol, es decir, nuestro bronceado.
¿Cómo protege tu piel la melanina?
La melanina te protege al activarse en la presencia de la radiación solar, pero sobretodo por dos de sus espectros: los rayos ultravioletas de tipo A y B (UVA y UVB). Los rayos UVA estimulan la producción instantánea de melanina y conllevan a la aparición de un bronceado rápido pero que no es muy duradero.
Sin embargo, los rayos UVA son por los más frecuentes de los ultravioletas. De toda la radiación ultravioleta de origen solar que atraviesa la atmósfera terrestre, alrededor del 95% son rayos UVA. Además de generar este bronceado rápido, su exposición puede causar arrugas, manchas y pérdida de elasticidad.
Los rayos UVB por otro lado estimulan la producción de melanina de forma más lenta pero más duradera. Es esta radiación la que produce los bronceados duraderos, pero su exposición excesiva también conduce a la aparición de quemaduras solares y de enrojecimiento.
Un último tipo de radiación que si bien no es solar pero consigue activar la melanina es la luz azul generada por los bombillos LED y la pantalla de los dispositivos electrónicos. Su exposición no afecta tanto a la melanina, pero un abuso constante puede traducirse en manchas en la piel causadas por la producción local de melanina.
Tipos de fototipos de piel
Ya vimos que la cantidad de melanocitos y de melanina disponible en nuestra piel determinan su capacidad de absorber los rayos solares sin quemarse. Ahora conoceremos los distintos tipos de piel según su capacidad de hacer esto, de acuerdo a la escala de Fitzpatrick:
Tipo 0
Este tipo de piel es el de los albinos. El albinismo es una condición genética caracterizada por la incapacidad de producir ninguna clase de melanina, por lo que se presenta con una piel y cabello (incluido el vello corporal y las cejas) sumamente blancos e iris rojos.
Ya que no cuenta con la capacidad de absorber rayos solares por su cuenta, la piel puede llegar a enrojecerse y a quemarse muy rápidamente, y son comunes las lesiones cutáneas en general producto de la exposición. Algunos los identifican con el fototipo I de piel.
Tipo I
Este tipo de piel es muy común entre los pelirrojos o las personas de ascendencia escandinava o céltica. Generalmente tienen ojos azules y presentan muchas pecas en la piel, así como un leve rubor rosado sobre una piel muy blanca.
Al igual que los albinos, las personas de este tipo de piel se queman muy fácilmente con la exposición solar. Su tendencia es al enrojecimiento y las quemaduras, y son totalmente incapaces de broncearse.
Tipo II
Este tipo de piel es blanca y está presente en la mayoría de las personas caucásicas, de cabello rubio o castaño claro y ojos verdes, azules o avellana. También son propensos a las quemaduras por el sol, pero son capaces de broncearse ligeramente. A veces esto puede variar de un tono moreno casi imperceptible hasta un tono más dorado.
Tipo III
Este tipo de piel es característico de las personas con ancestros en Europa central y asiáticos. El tono de piel puede ser casi de color aceituna o un poco más amarillento, y tienen cabellos rubios más oscuros o incluso castaños. Sus ojos tienden a ser verdes o marrones. Este tipo de piel se puede broncear más fácilmente, pero también puede llegar a quemarse.
Tipo IV
Este tipo de piel es característico del Mediterráneo y de los nativos americanos. Su color de piel es moreno claro, y su cabello generalmente es castaño oscuro, con ojos del mismo color. No son comunes las pecas, y es un tipo de piel que se broncea con facilidad, adquiriendo tonos dorados duraderos.
Tipo V
Este tipo de piel es característico en las personas con ascendencia del Medio Oriente, del sur de Asia u Oceanía. También es común en América Latina. Su color de piel es moreno y moreno oscuro, y sus ojos generalmente son marrones oscuros o negros. Es un tipo de piel que no requiere de mucha exposición solar para broncearse y mantener el tono, y es raro que se quemen por el sol.
Tipo VI
Este tipo de piel lo presentan las personas con ascendencia africana o afroamericana. Su piel es de un moreno muy oscuro o incluso negro, al igual que su cabello o sus ojos (aunque su cabello puede ser de otras tonalidades). Es el tipo de piel que se broncea con mayor facilidad, y es prácticamente imposible que se quemen por la gran cantidad de melanina que presenta su piel.
¿Cómo saber mi fototipo de piel?
Es posible que no sepas con certeza cuál es tu tipo de piel, porque la exposición cotidiana al sol en los brazos, el cuello y el rostro pueden llegar a oscurecer de forma casi permanente esas zonas de tu piel. Es importante que conozcas tu tipo de piel para seleccionar ciertos productos cosméticos, pero nuestra recomendación es que en caso de duda, elijas siempre el producto con mayor protección.
Una buena forma de conocer tu tipo de piel con más exactitud es viendo el tono de tu piel en zonas mucho menos expuestas al sol, como el dorso interno de tus antebrazos o la zona justo arriba de los tobillos. Si tienes privacidad puedes incluso revisar tu ingle o tu pecho en el caso de las mujeres.
¿Cómo cuidar nuestro fototipo de piel?
Para cuidar nuestra piel es importante usar protector solar y productos hidratantes de vez en cuando. Hay muchos factores que influyen en la frecuencia o en la necesidad de usar estos productos, pero por regla general recuerda que la radiación solar está siempre ahí, sin importar si el clima está nublado y estás esperando que una tienda abra o si estás disfrutando del sol de la playa.
Los factores a los que tienes que estar atento es a la exposición diaria al sol (trata de no salir entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, pues es cuando el sol es más fuerte) y el grado de exposición de tu piel. Puedes usar sombrero (es mejor que las gorras, pues protegen tu cuello) o sombrilla, y camisas frescas de mangas largas para proteger tus brazos.
El mejor protector solar para tu piel
Más allá de los cuidados cotidianos de tu piel, la mejor forma y sin lugar a dudas de protegerte es usando protector solar. Existe mucha variedad en el mercado, así que a continuación te daremos las mejores indicaciones para elegir el protector solar indicado.
Amplio espectro
Como ya te dijimos antes, existen dos clases de rayos ultravioleta que pueden afectar tu piel. Algunos protectores solares solo protegen contra los rayos UVB, pero es importante también estar protegidos contra los rayos UVA, por lo que la mejor opción es comprar uno que sea de amplio espectro. Esto significa que te protege contra los rayos UVA y UVB.
El FPS
El Factor de Protección Solar es el indicador más importante de un protector solar y que tienes que tomar en cuenta. Es un índice que representa la cantidad de tiempo que te protege, y muchas personas creen de forma errónea que es un porcentaje de protección, aunque sí influye el porcentaje de protección contra los rayos UVB.
Un FPS más bajo no protege necesariamente menos que un FPS más alto (un FPS 15 filtra 93% de los rayos UVB, uno de FPS 30 filtra 97%, uno de FPS 50 filtra 98% y un FPS 100 filtra 99%), pero sí tendrás que aplicarlo más a menudo. Para no tener que estar aplicando el producto cada 15 minutos y tener la protección que tu piel requiere, aquí te contamos el FPS ideal para cada tipo de piel:
- Tipo 0 y tipo I: requieren de la protección máxima, un FPS de 75 o más.
- Tipo II y tipo III: requiere de una protección alta, un FPS de 50 a 75.
- Tipo IVy tipo V: requiere de un FPS medio, de 35 a 50.
- Tipo VI: es el que menos protección requiere, un FPS de 15 a 35.
Usar un producto con un FPS menor a 15 no es recomendable, pues adicionalmente de evitar las quemaduras solares, los protectores solares protegen contra el cáncer de piel y los efectos de envejecimiento prematuro.
Formato
El mejor formato es la crema si es para el rostro o una loción para partes más generales de la piel. Usar aerosoles no es recomendable por su efecto sobre el medio ambiente, y los geles pueden ser más susceptibles al agua y al sudor.
Resistencia al agua
Ningún protector solar es totalmente a prueba de agua, pero pueden mantener sus propiedades durante un tiempo. Un producto “resistente al agua” mantiene su protección hasta por 40 minutos, y uno “muy resistente al agua” lo hace por hasta 80 minutos. De todos modos, al salir de agua es recomendable volverse a aplicar, pues la toalla puede removerlo.
Ingredientes
Generalmente los protectores solares tienen componentes activos orgánicos o sintéticos. Entre los ingredientes orgánicos se encuentran ingredientes como los cinamatos, salicilatos y benzofenonas, que pueden convertir la radiación solar en calor.
Entre los ingredientes sintéticos se encuentran el dióxido de titanio y el óxido de zinc, que dispersan la radiación ultravioleta. Estos ingredientes tienen a generar menos irritación en la piel, así que son más recomendables. De todos modos siempre es buena idea hacer una pequeña prueba en un sitio pequeño de la piel, por si acaso surgen reacciones alérgicas.
Dosificación
Lo mejor es aplicar el producto de acuerdo a las indicaciones de la etiqueta. Por lo general el producto tiene que reaplicarse de 2 a 4 horas, y una primera vez entre 30 y 15 minutos antes de salir al aire libre, pues tarda en hacer efecto.
Efectos secundarios
Los protectores solares pueden causar reacciones alérgicas como enrojecimiento, hinchazón y picazón en la zona. En los casos más severos (aunque es muy poco frecuente) estas reacciones pueden empeorar. En caso de duda lo mejor es consultar a un dermatólogo o al farmacéutico que vende el producto (en un establecimiento debidamente autorizado, por supuesto).
Conclusiones
La cantidad de melanina en tu piel influye sobre su color y la cantidad de radiación solar que podemos soportar. El bronceado ocurre en respuesta a los rayos ultravioletas UVA y UVB, que pueden causar quemaduras de sol en los tipos más sensibles de piel. Conocer tu tipo de piel es importante para poder aplicarte productos cosméticos o para someterte a ciertos procedimientos, como la depilación láser.